DESDE QUE EN 1994 PUBLIQUÉ «DUENDES» en compañía de Jesús Callejo, son ya más de medio centenar los libros que he escrito, la mayor parte en colaboración con Miguel del Rey, que participó tambien en las revistas de historia que edité a principios de siglo y que tuvieron un breve pero intenso recorrido y en la dos editoriales que tuve a finales de los años 90 del siglo pasado: Ristre Multimedia y el Grupo Medusa Ediciones. En esta página hay un espacio para todos ellos, especialmente para los más recientes, pero sin olvidar aquellos que han marcado un momento importante en mi trayectoria como escritor, ya sean de historia o de tradiciones y leyendas.
Espero que os guste :)
¿Sabía que España ejerció su soberanía sobre casi un tercio de los actuales Estados Unidos? España, estuvo allí antes, durante más de 300 años, aunque algunos hayan intentado, y muchas veces logrado, eliminar ese dato a toda costa. Y estuvo no de forma ocasional.
Antes de que el rodillo de la colonización anglosajona emprendiera eso que el cine de Hollywood se inventó como «La conquista del Oeste», España ya estaba allí, y había combatido o pactado con casi todas las legendarias tribus indias —apaches, comanches, cheyenes, semínolas, navajos, pueblos, siux..— que alguna vez poblaron las praderas, pantanos y bosques norteamericanos, cuando aún no habían sido exterminadas por quienes llegaron después con la Biblia en una mano y el rifle en la otra.
La presencia hispana en extensas zonas del actual territorio de Estados Unidos (Alaska incluida) sólo acabó por la imposición de las armas cuando España, tras la catastrófica guerra de Independencia contra la Francia napoleónica, era ya un viejo león herido y sin fuerzas. Es la relación poder-flaqueza la que desequilibra la balanza de la historia, modifica las fronteras y acaba con los imperios; y el imperio español, aunque fue el primero en extenderse por cinco continentes, no podía ser una excepción.
Ojalá este libro sirva para evocar las banderas que varias generaciones de antepasados defendieron con tanto ahínco, tan escasos medios y durante tan largo tiempo, en Norteamérica. Banderas que arriaron con honor y también con el amargo sabor de la indiferencia y el olvido de sus propios compatriotas.
Los autores creemos que este libro es es importante porque por primera vez, se ofrece una visión coherente y detallada del proceso de exploración, conquista y defensa a cargo de España en ese inmenso, hostil y con frecuencia desértico territorio que se extiende desde el Río Grande hasta las gélidas costas de Alaska.
Buscamos superar el mutuo y gravísimo desconocimiento, tanto por parte estadounidense como española, de unos hechos que forjaron la existencia de Norteamérica y moldearon el propio marco geográfico del que surgiría la superpotencia actual de las barras y estrellas. Learn more...
¿Qué fue Filipinas para España? ¿Qué significó España para Filipinas? A día de hoy ¿qué nos une y qué nos separa de los que fueron los últimos territorios españoles en el Pacífico?
A principios del siglo XVI, junto a los portugueses, España intentó alcanzar las ricas tierras de las especias de Oriente mediante una serie de expediciones marítimas, que aunque no siempre lograron su cometido, tropezaron con tierras de mayor importancia e incluso con nuevos continentes. En esos intentos se llegó también a las Filipinas que permitieron establecer una ruta comercial entre España y Asia a través de América mediante el conocido Galeón de Manila.
El archipiélago filipino, de privilegiada posición geopolítica en su entorno oceánico, estuvo expuesto desde el primer momento a toda clase de peligros, a los que no eran ajenos portugueses, holandeses y británicos, ni la temible vecindad que suponían los piratas chinos o los ataques y saqueos perpetrados por los moros de Borneo, Joló y Célebes.
Mal comunicadas con la Península, a veces abandonadas por su metrópoli, las islas Filipinas lograron mantener su vinculación a la Corona durante más de tres siglos gracias al empeño de quienes las salvaguardaban. Este es el relato de ese notable esfuerzo cuyo resultado comporta que hoy los filipinos no puedan asomarse a Europa sin olvidar que formaron parte de ese mundo gracias a sus vinculaciones familiares, culturales, lingüísticas y económicas con España.
Este Atlas histórico de España es una guía amena y al alcance de todos que inicia su relato en el primer milenio antes A diferencia de otros grandes imperios anteriores, sus amplias posesiones no siempre se comunicaban por tierra, por lo que exigieron el mantenimiento constante de un importante poder marítimo. Al inicio del siglo XIX perdió áreas de territorio extraordinarias que hoy ni recordamos que le pertenecieran, como todo el oeste de los Estados Unidos -de California a Texas-, Alaska, Luisiana, la Florida o las islas Carolinas, Marianas, Palaos y Filipinas. Este libro rescata los datos más significativos de más de tres siglos de historia de esos territorios que un día formaron parte del Imperio español, presentándolos mediante esclarecedores mapas y diagramas visuales.
Este Atlas histórico de España es una guía amena y al alcance de todos que inicia su relato en el primer milenio antes de nuestra era y lo concluye ya en el siglo XXI. Con un enfoque narrativo muy ajustado sintetiza el desarrollo político, social, económico, bélico y cultural de España con numerosos mapas, fotografías e ilustraciones que nos ayudan a entender lo que fuimos y adonde hemos llegado. La amplitud de los temas tratados, así como su precisión expositiva, lo convierten en una herramienta indispensable para el estudio de nuestra historia. A través de sus páginas y su esmerada cartografía nos desvela los principales acontecimientos históricos, los descubrimientos geográficos, las exploraciones y las colonizaciones, los conflictos bélicos con sus consecuencias así como las situaciones económicos y sociales más importantes de cada momento.
Un imperio -del latín imperium- es, en los términos más rigurosos, un Estado multirreligioso, multicultural y multiétnico que ha conseguido parte de su territorio por conquista y que mantiene su expansión mientras no se produzcan presiones externas o internas de cualquier tipo. Por extensión, imperio puede hacer alusión a la etapa histórica donde una etnia o nación desarrolló una política característica, o bien, a la potencia que ejerce el poder imperial. A principios del siglo xx el término imperialismo adquirió la connotación peyorativa que actualmente tiene, en parte gracias a Lenin, quien afi rmó: «la guerra de 1914-1918 ha sido, de ambos lados beligerantes, una guerra imperialista, una guerra por el reparto del mundo». El último Estado que ofi cialmente ostentó el título de imperio fue Japón. En el marco de la Guerra Fría se inició una nueva época donde la palabra imperio fue reemplazada por términos políticamente más correctos, como ‘seguridad nacional' o ‘posicionamiento de bloque', y surgieron los ‘imperialismos, que poco tienen que ver con el concepto cásico del término que nos ocupa.
La Orden de San Juan de Jerusalén es, sin duda, una de las instituciones más antiguas e importantes de la Iglesia católica, pero además lo es, de forma indiscutible, de la cultura y la civilización de Occidente. Su influencia ha sido importante en la historia de Europa durante siglos, y en la actualidad es el vínculo más importante de nuestra cultura con las Cruzadas. Fundada en Palestina para servir a «nuestros señores los enfermos», por hombres que habían hecho votos de pobreza, castidad y obediencia, pronto se convirtió en una orden monástica dedicada además a la guerra contra los enemigos «de la Cruz». Junto a sus rivales templarios, y a los caballeros teutónicos, constituyó una de las grandes hermandades de monjes guerreros nacidas en Tierra Santa. Sus freires combatieron contra el islam en aquellas regiones durante doscientos años, y cuando cayeron sus últimas posiciones, mantuvieron la lucha en Rodas y Malta durante siglos. Con una trayectoria histórica tan amplia, la Orden ha sufrido diversos avatares fruto de su agitado y apasionante devenir en el tiempo. Reconocida en la actualidad como sujeto de Derecho internacional, es en la práctica un Estado sin territorio, sigue presente en más de 120 países con sus propias actividades médicas, sociales, asistenciales y mantiene relaciones diplomáticas con 104 Estados.
A lo largo de la historia ha habido dos grandes tendencias a la hora de conseguir las tropas para entrar en guerra: utilizar ciudadanos, como, en general, fue el caso del Imperio romano y la mayoría de los países después de la Revolución Francesa, o recurrir a mercenarios, como hicieron Aníbal y las ciudades italianas del Renacimiento. La aparición de los modernos mercenarios se produjo al final de la Segunda Guerra Mundial, con la desmovilización de los ejércitos de masas. Millones de antiguos soldados intentaron retomar su vida civil. Muchos de los que no lo consiguieron, o ya no les gustaba, buscaron empleo en la vida militar: bien como voluntarios a sueldo, bien como modernos soldados de fortuna, que se ofrecían para emplear sus conocimientos técnicos (como los aviadores y marinos) en tareas de asesoramiento o para desempeñar funciones puramente militares. Fue la época en que surgieron muchos de los mercenarios franceses, británicos y belgas que actuaron durante el proceso de descolonización de las décadas de los sesenta y setenta. Las antiguas potencias coloniales, para salvaguardar sus intereses comerciales, particularmente en África, se sirvieron de ellos para luchar contra los movimientos de liberación nacional. Después, continuaron con acciones esporádicas en algunos conflictos armados hasta que, en 1989, con el fin de la Guerra Fría, fueron desplazados por el fenómeno de las empresas de seguridad. En la actualidad, al mercenario clásico lo han sustituido compañías militares privadas tipo Blackwater. Frente a la discreción con que se actuaba a mediados del siglo XX, muchas de ellas disponen de portales en Internet y de servicios de relaciones públicas destinados a la prensa y a futuros clientes. El soldado de fortuna ha pasado a ser algo así como un subcontratado, sin la aureola existencialista, aventurera y legendaria de aquellos viejos guerreros a sueldo que luchaban en parajes exóticos.
Desde los campos de batalla de la Guerra de Sucesión a las operaciones de pacificación de Mali, el ejército español ha recorrido un largo y tortuoso camino. Ese trayecto, duro y lleno de escollos, es el que se muestra en este libro. Un recorrido por la evolución del Ejército desde la llegada a España del primer Borbón hasta la actualidad. Uniformes, banderas, mapas de los principales enfrentamientos en los que participaron tropas españolas o croquis y dibujos de las armas utilizadas por nuestros soldados comparten páginas con los cuadros y bocetos de Augusto Ferrer- Dalmau, el “pintor de batallas”, y los textos históricos de Carlos Canales y Miguel del Rey, en una impresionante obra . Tiempos de cambio, de luces y sombras, que se reflejan de manera apasionante tanto en las imágenes como en el texto de este libro. Imprescindible para comprender los hechos acaecidos durante los últimos cuatro siglos de este país.
Desde el principio de la civilización, el mar ha sido una de las principales vías del comercio y el intercambio de ideas entre pueblos diferentes y, en este sentido, la posición de la Península Ibérica, situada en el extremo occidental del Mediterráneo y proyectándose al Atlántico, ha tenido siempre una importancia decisiva.El nacimiento y desarrollo de las marinas de Castilla y Aragón tuvo elementos comunes derivados de la geografía y la historia, pero también un desarrollo y una evolución distinta basados en la naturaleza diferente del entorno en el que actuaban.Cuando fruto del matrimonio entre Fernando de Aragón e Isabel de Castilla las armadas de ambas coronas comenzaron a colaborar y participar en acciones militares conjuntas, durante el lento proceso que dio lugar al nacimiento de la Armada Española, se trataba en ambos casos de fuerzas navales poderosas, importantes en el ámbito político y estratégico que se extendía desde Italia a las islas del Atlántico, y capaces de influir de forma decisiva, como finalmente sucedió, en la historia del mundo.
En la mañana del 18 de julio de 1936 cuando se produjo el alzamiento militar contra el Gobierno de la República, se dio a su vez una división en la cúpula de las Fuerzas Armadas. En contra de la creencia popular de que la rebelión fue secundada por el Ejército en su totalidad (una idea errónea), tan solo un tercio de la cúpula militar, con sus correspondientes unidades en algunos casos, se levantó en contra del Gobierno; el resto se mantuvieron fi eles al poder establecido. En esta obra rescatamos las semblanzas de los generales y mandos que intervinieron en nuestra contienda civil, independientemente del bando en el que luchasen. Todos, al fin y al cabo, lo hicieron con lealtad a su idea de España y a sus propias convicciones. Esta es la historia de muchos de ellos.
Estos son los cuatro libros más vendidos en mis más de veinticinco años de trabajo. Os animo a conocerlos. Hay historia, leyendas, tradiciones y misterios.
Desde 1993 he publicado sólo o en compañía de mis amigos Miguel del Rey, Jesús Callejo y Fernando Martínez, más de medio centenar de libros. Aquí están todos.
Además de presentaciones de libros participo en charlas, conferencias y congresos relacionados con ellos, así como en diversos programas de radio y TV. Aquí podrás seguirme.
Tengo muchos trabajos en marcha siempre de las materias sobre las que he escrito siempre, pero algunos os aseguro que son realmente originales y diferentes.
Desde hace ya muchos años elaboro una fantástica cerveza artesana que si no conoces, deberías probar sin falta, de verdad, creo que merece la pena.
Mi página personal, en la Web desde 1997, ha tenido tres grandes variantes, y es el lugar donde muestro algunas de las cosas que hago o he hecho.
Esta es mi única página restringida, pero hay algunas secciones que están abiertas, como los artículos y las recetas de cocina de caza y varias cosas más.
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